miércoles, diciembre 01, 2010

El Vértigo





Es ese momento en el que todo se mueve a tu alrededor y te encuentras estancado, o en el que todo se acelera y empiezas a plantearte que quizás te quieres bajar del tren. El minuto en que todo queda en silencio y ves el mundo desde arriba, moviéndose, activo, mientras tu caes hacia arriba. El instante en el que sientes que no controlas tus actos y no ves que se esconde tras el siguiente movimiento. Ese segundo en el que no tienes muy claro cómo has llegado a la cima tras años de estar en la base.

La RAE define el vértigo como el trastorno del sentido del equilibrio caracterizado por una sensación de movimiento rotatorio del cuerpo o de los objetos que lo rodean. Hitchcock lo expuso en su película homónima, te paraliza y te impide hacer aquello que debes o lo que es peor, lo que deseas.

Noviembre es el mes perfecto para esta sensación. Parece que toda la energía del verano se disipa y todos los proyectos que durante el año estaban en el aire se materializan. Has construido tu vida junto al abismo. El principio del invierno nos detiene y, el fin de año a las puertas acelera nuestros ritmos intentando llegar a la meta sin pérdidas. Este es el instante en el que sientes vértigo, cuando frenas y en cambio todo sigue moviéndose. Cuando estas arriba y lo de abajo, el camino andado, parece tan pequeño. Te planteas que todo esta en marcha y va muy deprisa. Piensas que ya no hay vuelta atrás. Todo lo que durante el año ha ido gestándose toma forma, es imparable, y nos planteamos si hemos cumplido los objetivos propuestos.

Pero hagámonos las verdaderas preguntas. ¿Hemos conseguido compartir sonrisas? ¿Estamos subidos en el medio de transporte correcto? ¿Nos atreveremos a superar el vértigo que nos imprime el fin de año y salir adelante airosos? ¿Salvaremos el culo un año más? ¿Atacaremos el vértigo con una sonrisa?

Nietzsche fue quien dijo: sin vértigo ni miedo, nunca sabrá lo que es la felicidad, y lo que es aún peor: nunca hará nada que pueda hacer felices a otros. Entonces el vértigo, a pesar de dejarnos intranquilos, es una gran sensación, porque sin el no hay valor, sin el no existiría la recompensa, la sensación de la tarea cumplida. Así que cuando sentimos vértigo sólo es para replantearnos si el camino escogido es el correcto. Son esos diez segundos en los que quizá la vida cambie o tal vez descubras que las decisiones tomadas te han acercado un poquito más a realizar tus sueños.

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